Lo “así hallado” y lo “hallado”
Alison y Peter Smithson
1990
Visto desde finales de la
década de 1980:
Lo “así hallado”, donde el arte consiste en recoger,
dar vuelta y poner cosas juntas…
y lo “hallado”, donde el
arte consiste en el proceso y en el ojo alerta…
Retrospectivamente… Lo “así
hallado” en arquitectura:
En arquitectura, la estética de lo “así hallado” fue
algo que creímos nombrar a principios de la década de 1950, cuando conocimos a
Nigel Henderson y vimos en sus fotografías un reconocimiento perceptivo de la realidad alrededor de su
casa de Bethnal Green: juegos infantiles dibujados en la acera, repetición de
un “tipo” en las puertas usadas como vallados de los solares, cosas entre los
escombros de los solares bombardeados, como la típica bota vieja, montones de
clavos, fragmentos de sacos o mallas, etc. 1
“El reconocimiento
perceptivo de la realidad, consiste en la capacidad de interpretar tu entorno, consiste
en recibir, a través de los sentidos, las imágenes, sonidos, impresiones o
sensaciones externas. Se trata de una función psíquica que permite al organismo
captar, elaborar e interpretar la información que llega desde el entorno.
Podríamos decir que una persona perceptiva es capaz de percibir los dobles
mensajes, insinuaciones e información que el entorno nos transmite. En otras
palabras, podríamos entender dicho reconocimiento perceptivo como la capacidad
de una persona de ser consciente de lo así hallado a su alrededor,
comprendiendo que ciertas cosas se encuentran de un modo que originalmente a lo
mejor no fueron concebidas para ese fin determinado o no fueron pensadas para
ser dispuestas de ese modo y que por ciertas causas se encuentran de ese modo
determinado.”
Cuando nos propusimos la tarea de repensar la arquitectura a principios de la década de 1950, con lo “así hallado” nos referíamos a
no sólo a los edificios adyacentes, sino también a todas las huellas que constituyen recordatorios en un lugar y que deben
leerse averiguando cómo el tejido construido existente del lugar ha llegado a
ser lo que es. De ahí nuestro respeto por los árboles añejos
como los “estructuradores” existentes de un solar donde el edificio es el nuevo
por llegar… A medida que la
arquitectura empieza a pensarse, su ideograma debería verse afectado por lo
“así hallado” de manera que lo convierta en algo específico del lugar.
“Se trata de observar y comprender el entorno, de ser
capaz de ver más allá de lo visualmente evidente, comprender los procesos, la
historia, las transformaciones, las influencias, etc. Tratar de comprender el
porqué de las cosas y como todo influye en todo creando y haciendo que lo
hallado devenga en lo así hallado.”
De este modo, lo
“así hallado” fue una nueva mirada sobre lo ordinario, una apertura a
cómo las “cosas” prosaicas podrían revitalizar
nuestra actividad creativa, un reconocimiento que se enfrenta a cómo era
en realidad el mundo de posguerra, en una sociedad que no tenía nada. Uno
trataba de agarrar lo que había, cosas antes impensadas… A su vez, esto influenciaba forzosamente –como se ve en la
capa de pintura blanca que “renovó” el barco, 1957- el modo en que lo nuevo revitalizaba el tejido existente.
“Generalmente lo ordinario, lo común, lo de siempre,
lo de todos los días son aspectos que pasan desapercibidos. En nuestras manos
está ser capaces de ver a través de lo común encontrando el sentido a lo así
hallado. Además mediante el empleo de lo común transformándolo, usándolo como
herramienta de transformación, como elemento más a mano y a veces poco
valorado, podemos conseguir revitalizar, mejorar, transformar lo ya existente.”
Nos preocupaba entender
los materiales por lo que eran: lo “maderoso” de la madera 2, lo “arenoso” de la arena 3. Esto se vio acompañado por un rechazo a lo simulado, como los
nuevos plásticos de la época: impresos y coloreados para imitar un producto
anterior con materiales “naturales”. Un rechazo
de ciertas mezclas, en
particular con la tecnología, como la que por ejemplo se da en el
salpicadero de nogal de un coche. Nos interesaba ver cómo las cosas podían
convivir con la tecnología llegando a todos y a todos. Previmos que ocurría una
reevaluación general de valores,
puesto que “leímos” en profundidad las imágenes-aspiración
que ofrecían las revistas, el enfoque de la sociedad de consumo.
“Se trataba de sentar unas bases o principios del
concepto de lo Así hallado, donde los materiales eran concebidos como lo que
eran, aceptando que no debían pretender ser otra cosa más que lo que eran. Lo
simulado carece de valor, y las mezclas eran rechazadas. No se concebía la
utilización de materiales nobles, rugosos, imperfectos con las nuevas
tecnologías. A modo de ejemplo se ilustra la combinación de madera y plástico
en los salpicaderos de los vehículos. Del mismo modo que el estilo
arquitectónico debía ir acorde con la época y la función del edificio. Como
ejemplo podemos ilustrar el empleo de estilos clásicos para edificios
destinados a ser albergue de los avances tecnológicos de la época.”
Estación de Saint Pancreas 1865
“En el ejemplo ilustrado podemos ver como el empleo de
un estilo de fachada clásica no casa correctamente con lo que hay detrás, una
estación de ferrocarril.”
“Así mismo, nos vemos influenciados por las
imágenes/anuncios que ofrecen los medios de comunicación, marcando la tendencia
de consumo e indicando lo que es bueno y deseable para los consumidores.”
Nuestra respuesta a la década de 1940 – para nosotros,
“diseño” era una palabra tabú – nunca pretendió ser negativa. Al “posicionarnos” rechazamos las actitudes literales y
literarias entonces en boga, pero para nosotros demasiado simples,
representadas por los escritos de Herbert
Read para los intelectuales de inclinación socialista. Éramos la
generación que se desligaba de la
política, puesto que ésta ya no era apropiada para nuestras
necesidades. La nuestra era una actividad
intelectual, que implicaba un interés por la
“alfabetización” en el lenguaje de la arquitectura. Trabajábamos con la
fe puesta en que el edificio en
proceso gradualmente revelaría sus propias reglas para su forma requerida.
“Se trata de rechazar lo establecido, de cuestionarse
el porqué, el sentido de las cosas desligado de la influencia de la política y
de las normas encorsetadoras que fijan el rumbo de nuestras ciudades. Un rumbo
a veces incierto y desconcertante donde los números y las normas en ocasiones
no son capaces de tener en cuenta lo así hallado, lo común, la esencia, lo que
debiera ser. Por ello, la transformación de las ciudades, la construcción de
los edificios, las normas, los avances tecnológicos, las tendencias, etc.
Deberían disponerse de forma gradual, deberían evolucionar y devenir en ser y
transformarse en la forma requerida, de igual modo que una roca se pule se
transforma con el paso del agua.”
La estética de lo “así hallado” alimentó la invención
de la “estética aleatoria” de todos nuestros
ideogramas, diagramas y
teorías del cluster, que llevamos primero al CIAM 9 en Aix-en-Provence, después
a la Sarraz y finalemente al CIAM 10 en Dubrovnik.
“Lo así hallado como consecuencia involuntaria de
necesidades comunes, de transformaciones naturales y al servicio de lo
ordinario, provoca la aparición de la estética aleatoria, donde lo que vemos no
responde de forma fortuita ni de forma casual, sino que tiene un sentido más
amplio, más profundo, resultado de esa mirada perceptiva previa, que nos hace
capaces de ver más allá y es capaz de crear lo que debiera ser de forma
natural, imperceptible diríamos, de forma común.”
Lo “así hallado” en
exposiciones:
Nigel Henderson, conjuntamente con nosotros y Eduardo
Paolozzi, fue parte del cuarteto que manifestó un aspecto intelectualmente
diferente del Independent Group. Esta diferencia – incluso cierto aislamiento –
puede verse en nuestra exposición Parallel of life and art de 1953, que, aunque
fue montada en la sala delantera del Institute of Contemporary Arts (ICA), no
tenía nada que ver con el Independent Group, que se reunía también en dicha
sala. Durante el planeamiento, el desarrollo y la ejecución de la exposición,
nuestros encuentros con Nigel y Eduardo fueron tremendamente divertidos, en
particular en lo que se refería a juegos de palabras y referencias
comunes 4. Los valores que
compartíamos – no tener que decir de nuevo lo que había dicho adecuadamente su
“inventor” – daban cuerpo a una sensación de continuidad con aquellos del
período heroico de la arquitectura moderna, al cual fluía a través de Nigel: el
Bloomsbury Group, el París de la décadas de 1930 y 1940, Marcel Duchamp, la
primera época de Jean Dubuffet, y así sucesivamente…
Igualmente, nuestro Patio and Pavillion de 1956 no tuvo absolutamente nada que
ver con el Independent Group, sino que formaba parte de la exposición This is
tomorrow que surgió de una serie de encuentros en el estudio del Bill Scout en
Charlotte Pret - ¿la cola del Euston Road Group? – y que tenía que ver con
una vaga creencia inglesa, que
habíamos heredado, de que las artes debían volver a colaborar entre si como en
el renacimiento. Los debates iniciales, con la gente amontonada de un
modo maravillosamente eduardiano, fueron largos y acalorados. El lugar cambió
una vez al estudio del piso superior adyacente cuando aumentó la asistencia; el
personal cambió dramáticamente y casi todos los fundadores se fueron. Nosotros
seguimos con los debates – al igual que John Weeks y Erno Goldfinger, quienes
habían sido los artistas elegidos desde un principio -, cuando apareció Theo
Crosby, quien se prestó a organizarlos y reunió a todos los arquitectos que
conocíamos, incluyendo a Michel Pine (que trabaja con yeso), de modo de cada
grupo tuvo un arquitecto. Si Catleugh participó quizá fue gracias a Theo.
La exposición This is tomorrow en la
Whitechapel Art Gallery fue posible sólo gracias a la disposición de Theo a
organizarla; su cargo en la revista Architectural Design nos
brindó los contactos necesarios, dado que nadie tenía dinero. Nuestro Patio and Pavillion respondía a
nuestro propio “programa”, ofreciendo una declaración categórica sobre otra
actitud de “colaboración”: el “aderezo” de un edificio, su lugar, mediante el
“arte de habitar”. Nuestra posición en la codiciosa sociedad consistía en
ofrecer un cobijo un recordatorio de otros valores, de otros placeres 5, a medida que ésta empezaba a tomar
impulso. Con la cubierta transparente del pabellón diseñado para exponer la
disposición que Nigel hizo de lo “así hallado”, la superficie de arena del
patio elegida (en última instancia) para acoger los arreglos de tejas y objetos
de Nigel y Eduardo, las paredes reflectantes compuestas para que incluyeran a
cada visitante como un habitante, el “arte de lo hallado” se puso de
manifiesto. La completa confianza de nuestra colaboración se comprobó cuando
nuestro Patio and Pavilion fue construido de acuerdo a nuestros planos y
“habitado” por Nigel y Eduardo en nuestra ausencia, mientras estábamos de
camping de camino al CIAM de Dubrovnik.
This is tomorrow resultó ser la última manifestación conjunta que
el cuarteto hizo de lo “así hallado”.
En escultura:
A través de otras importantes influencias, la idea de
organizar cosas metálicas “halladas” fue asimilada por la escultura; para durar
y durar, y quizás incluso la misma potencia energizante o revitalizadora? A
nuestro alrededor, ningún proceso intelectual parece ligado a algo similar: no
vemos ninguna reevaluación – de la sociedad, del significado, de lo que
sea- que cobre una presencia
formal, ninguna reacción para duplicar fenómenos foráneos a la
disciplina. La escuela de los “así hallado” parece haberse trabado, como la
aguja de una tocadiscos, quizá tan pasadas de moda como dicha imagen.
En polémicas:
En cierta ocasión en 1954-1955, nuestro cuarteto
acordó recopilar recortes de líneas y frases de periódicos o revistas que nos
parecieran demostrar la “explosión” de sinsentido que se advertía en el uso de
imágenes y palabras. Lo que reunimos cubrió al final apenas dos páginas y
Eduardo, más allá de lo que tenía en mente, nunca decidió utilizarlo. Pero este
interés en grupos de palabras quizá se ligaba con vernos armar collages de
manuscritos en Doughty Street mientras editábamos el manuscrito de
nuestro Urban reidentificación (UR) 6, con las cubiertas de rayas
napolitanas que habíamos propuesto. El texto se publicó finalmente como Ordinariness
and light 7.
A mediados de la década de 1950 comenzaron los
manuscritos de lo “hallado” para Young girl, como respuesta al
proyecto frustrado de que se construyera la Bates Houses (Burrows Lea
Farm) 8.
Los dos escritos siguientes – que podrían pensarse que
aparecieron en el período de locaciones de lo “así hallado” por su detallada
precisión y por la integración de textos e imágenes/documentos, para usar las
palabras de entonces – fueron “Breath of India” y “1916aso”, comenzamos
respectivamente a fines de la década de 1950 y a finales de la de 1960. No se
los puede considerar simples piezas de época, pues los textos de ficción
inéditos siguen siendo publicados con gusto siempre que se presenta una
oportunidad adecuada. De cualquier manera, en estas ficciones los personajes se
caracterizan como si hubieran sido hallados en un cierto lugar, en un cierto
periodo de su presunta existencia, pues no representan tipos sociales ni
actitudes filosóficas/psicológicas, sino que ellos mismos son en gran medida
inexplicables, como la gente, tal como refleja el hecho de que en la vida real
una persona parezca ser de una manera dependiendo de quién la mira. Vemos esto
en los personajes secundarios de Jane Austen, cuyas “naturalezas” parecen cambiar cuando el observador identifica otras
cualidades en ellos.
Hasta que estos escritos se publiquen – los
potenciales editores se resisten al uso de imágenes – no estará claro si hay
una “escuela” de escritura de los “así hallado”; pero incluso entonces, quizá
algún crítico – como ocurrió con el nuevo brutalismo – incluya, resiguiendo una
moda o para darle cuerpo a una teoría, cosas que enturbien la cuestión y que no
exploren a fondo, por pura ignorancia, cierta figura prácticamente desconocida
pero clave… tal como sucedió en el caso de la arquitectura neobrutalista, en la
que la obra de Sigurd Lewerentz, prácticamente por sí sola, podría haber
explicado cualidades más profundas y duraderas.
Algunas dudas sobre la
“imagen hallada” en pintura:
Hay dudas respecto a la “imagen hallada” en pintura,
en un momento en que se saquea el pasado con el fin de que cualquier material
susceptible de volverse imagen sea incluido entre gráficos comerciales
para un consumo cada vez más
veloz.
En la décadas de 1940 y 1950 – el período de Jean
Dubuffet y Jackson Pollock – la imagen aparecía durante el proceso de factura
de la obra. No estaba prefigurada, sino que se la buscaba como un fenómeno del
proceso mismo.
Se trataba de algo nuevo como actividad artística,
pues los “objetos encontrados” de Marcel Duchamp pertenecían al periodo
anterior y habían sido objetos ya “producidos”. Es decir, los objetos
“descubiertos” y transformados en objetos artísticos habían sido originalmente
imaginados por un artesano o un ingeniero, luego dibujados, esbozados o
modelados, más tarde se habían hechos prototipos, etc., según el proceso
tradicional de invención y perfeccionamiento. Y como las reservas de objetos
manufacturados están en continua renovación por las actividades que emergen de
las diversas necesidades, inteligencias y sensibilidades de cada periodo, la
actividad artística del ojo y el ingenio basada en estos objetos puede
continuar.
El arte gráfico actual considera, de este modo
relacionado en el ojo y el ingenio, que la pintura del pasado estaba siempre
prefigurada; es decir, que primero estaba hecha en la mente. Sin embargo, en la
pintura de “imágenes halladas” falta la primera producción mental, excepto en
el sentido de que el proceso en sí es previo al pensamiento. En la década de
1980, cuando ese proceso es algo heredado, difícilmente se lo puede
caracterizar como previo al pensamiento;
es la copia de un proceso ya inventado.
Podríamos preguntarnos cuáles son los nuevos procesos
de hallazgo en nuestra época, o si la imagen hallada en pintura constituye
ahora un género.
Notas:
1.- Véase Uppercase, 3, 1961, y también el panel
presentado en el CIAM 9 de Aix-en-Provence de Alison y Meter Smithson.
2.- Pabellón TIT, pabellón Upper Lawn.
3.- Casa Iraquí, Piccadilly.
4.- Sin querer pusimos a prueba nuestros valores al
presentarle una persona joven a Nigel Henderson poco antes de su inesperada
muerte, y fue maravilloso ver el viejo mago en acción. Esta falta de un humor
de “estudio” está terriblemente ausente a fines de la década de 1980. ¿refleja
acaso una falta de actividad intelectual?
5.- Algo que estábamos descubriendo a través de otros
arquitectos, Max Billl y Hill Howell, en su necesidad de llevarnos a hacer
camping de camino al CIAM en Aix-en-Provence.
6.- Dos bandas particularmente buenas fueron
enmarcadas y se las regalamos a Trever y Joan Dannatt como regalo de boda,
hacia 1953.
7.- Smithson, Alison y Meter,
Ordinariness and light: urban theories 1952-1960 and their application in a
building Project 1963-1970, Faber and Faber, Londres, 1970.
8.- Véase Smithson, Alison,
Portrait of the female minf as a young girl, Chatto & Windus, Londres,
1966.
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